martes, 4 de enero de 2011

 Llevaba el pelo largo y rojo como el fuego recogido en un pulcro moño.
 Su piel blanca relucía como una perla en aquella noche de luna llena y con un montón de estrellas en el cielo.
 Iba vestida con el uniforme del internado, que no consistía más que en una blusa blanca y una falda plisada roja. La corbata estaba a punto de caérsele mientras trabajaba afansamente en su molde de artesanía.
 Pero no era barro, ni mucho menos. La chica estaba trabajando con hielo. Las manos le daban forma a aquella cosa con una inesperada y casi aterradora facilidad. Supuestamente debería de estar en la cama, por lo que estaba trabajando a oscuras, al amparo de la noche.
 No le llevó mucho tiempo finalizar su obra, no más de unas pocas horas.
Cuando al fin la aacabó se frotó las manos y se la llevó a su habitación. Allí la dejó escondida en un armario. Luego se metió en la cama y se durmió.
-¿Lilith?¡Lilith! ¡Por lo qué más quieras, despierta!
-¿Qué hora es?-la pelirroja ni siquiera se molestó en levantarse. simplemente susurró estas últimas palabras con pereza:
-¡Las nueve! ¿Has visto, niña? ¡La señora Breakook te va a matar! Yo me creí que te habías escaqueado a posta y todo

...gimió Liltih, tratando de acurrucarse de nuevo y volver a dormirse. Pero aquello no le funcionó, al poco rato ya se había despabilado por completo. Se levantó y comenzó a arreglarse.
-¿Tan tarde voy?-le preguntó a Sara mientras se vestía y se peinaba su larga melena roja.
-Ni que lo digas, la señora Breakook debe de estar furiosa contigo, ¿se puede saber qué demonios estuviste haciendo anoche? Tú normalmente no sueles ser tan remolona, ni mucho menos.
-Bueno, es que me quedé leyendo hasta tarde-mintió Lilith con toda tranquilidad.
 Al poco rato ambas salieron camino a su primera clase, pero antes de salir Lilith le dirigió una última mirada al armario, dónde se escondía su hermosa figura de hielo.
 La clase estaba ya hasta los topes, y había un enorme jaleo allí, pero a pesar de todo la señora Breakook aún no había llegado.
-Esto sí que es raro-le dijo Sara a Lilith, sentándose ambas en sus asientos de la última fila-esa mujer no suele llegar tarde "jamás":
 -Eso significa que seguramente le habrá pasado algo, o se habrá puesto enferma.dijo Lilith, encogiéndose de hombros con indiferencia.
-O la habrán asesinado...-susurró Sara en un tono un poco melodramático. Aquello hizo que Lilith se echase a reír.
-¡No seas tonta! Has leído demasiadas novelas de Agatha Christie.
 -Solamente digo lo que me pasa por la cabeza, Lilith-replicó Sara.
 Anteas de que la pelirroja pudiese responder se oyó un chasquido y la puerta de la clase se cerró. En su lugar entró una mujer rubia con el unifrorme de profesora, a quién todos conocían.
 Lilith estuvo a punto de caerse de la silla del susto que se dio.
"¡Dafne!¿Qué demonios hará ella aquí?"
-Chicos y chicas, siento deciros que la señora Breakook ha tenido  que ausentarse por motivos personales-dijo Dafne sentándose en la mesa de la profesora y comenzando a organizar los papeles-Me ha encargado a mí que os dé la clase hoy, porque aunque yo no soy profesora, ella sabe que estoy perfectamente capacida para daros la clase (el director también lo sabe), y porque hay una pequeña cosita que ella está muy interesada que os enseñe.
 Lilith frunció el ceño. Esto no se lo esperaba, ni mucho menos. Ahí estaba pasando algo raro...sin que se diera cuenta ya estaba cavilando acerca de lo que podría haber pasado, al igual que Sara.
-Dafne...¿por qué creerás tú que la señora Breakook la ha mandado precisamente a "ella" para que nos dé clase?-le preguntó Lilith a Sara entre susurros.
-¡Y yo qué sé! ¿Para darnos una lección de moral, quizás?-Sara se encogió de hombros con una expresión que decía que se preguntaba aquello tanto como Lilith. Es más, se lo preguntaba más que ella incluso. Después de todo, Sara era un "poquitín" más curiosa que Lilith.
-¡Silencio, chicos!-gritó Dafne antes de que Lilith pudiese responder a esa pregunta-Vamos a empezar ya, sabéis que no me gusta perder el tiempo. Bueno...-la rubia se levantó y se puso a escribir unas palabras en la pizarra.
-¡Sss!¡Seguro que se tiñe eñ pelo!¿Qué te apuestas?-le dijo de repente Sara a Lilith antes de recibir un codazo de ésta.
-¡Ssh, calla, que te va a oír!
-...vamos a dar una clase un poco especial, una clase acerca de las leyendas antiguas. Sé que estábais dando otra cosa antes, pero hoy empezaremos por...los fantasmas.
 Aquello sorprendio un poco más a la clase e hizo que todos comenzasen a cuchichear entre sí.
 En el High Swarthat no se fomentaban supersticiones de ninguna clase, aquella era una de las mejores escuelas del mundo. Pero estando tan cerca del famoso, "Refugio de los Fantasmas", vigilado por Brad y teniendo en cuenta lo que habían pasado las últimas semanas...aquellos muchachos se estaban haciendo varias preguntitas, Lilith observaba a Dafne con los ojos entrecerrados, como si estuviese esperando el momento oportuno para saltar sobre ella.
-¡Silencio! Dafne echó las manos hacia delante, por lo que toda la clase se calló.-Ya sé que esto os parece un poco raro, incluso una bobada, teniendo en cuenta lo que ha pasado hace poco, pero precisamente por eso hemos de profundizar en el tema.-Volvió a ponerse a escribir en la pizarra-Sí, los fantasmas existen, pero es algo que todos tendríamos que haber sabido hace tiempo. ¿Qué os esperábais acaso? ¿Pensáis que solamente somos un cuerpo o qué?¿A qué se debe nuestro desarrollo de monos a personas? ¡Se debe a esto! ¡A que somos algo más! La verdad no se ajusta precisamente a lo que se ha ido pregonando por ahí, pero esto es lo único de lo que verdaderamente podemos estae seguros!.¡Lo único! El tiempo es algo muy relativo, mucho más de los que os creéis vosotros, los fantasmas...no son más que almas que se quedan aquí por algún motivo en concreto,  como su miedo a seguir adelante o su nostalgia...aman demasiado al mundo como para dejarlo atrás...
 Lilith levantó la mano como si de un resorte se tratara. La estaba asustando un poco, tenía un presentimiento acerca de adónde pretendía llegar...tenía un presentimiento muy pero que muy malo. Pero Dafne miró a la pelirroja con su sonrisa encantadora de siempre, y le dio la palabra.
-¿Pero no se supone que los fantasmas de quedan aquí por un asunto que dejaron sin resolver?¿Acaso no preferirían ir a la luz?
-Pero Lilith, ¿Quién dice que lo que hay tras la luz sea mejor que esto? ¿Qué pasa con los seres a los que amas?Además, no podrías ni mucho menos saberlo...¿Cómo quieres que un fantasma intente resolver un asunto que dejó pendiente? ¡Es algo imposible! Los muertos no pueden influir en el mundo de los vivos, sólo por el mero hecho de que la interacción entre muertos y vivos es completamente imposible. ¿Qué esperabas acaso? Se tienen que aguantar, y ésa es, sin duda, una de las cosas que más se dice, y desde luego las más falsas...
 Sarah veía la expresión de Lilith y agarró a su amiga del brazo para pararla, pero no pudo hacer nada antes de que ésta comenzara a hablar. Sarah sabía demasiado bien que Lilith no solía ser tan impulsiva como Bellatrix, ni tan rencorosa como su otra hermana, pero lo que sí estaba claro es que aquel día Lilith estaba en un estado de ánimo del que difícilmente se la podía sacar. Sobre todo porque aquel día sería complemente incapaz de callarse lo que pensaba. Y aquello probablemente traería desastrosas consecuencias.
 Y Sarah no se equiocaba.
 Lilith interrumpió ipso facto a Dafne.
 -¿Y qué importa eso?¿Nos puede servir de algo?¿Acaso nos interesa? ¿Después de lo que ha pasado hace apenas unos tres malditos días?¿Está intentando ocultarnos algo?¿O quizás tiene la intención de soltarlo todo para luego convencernos de otra cosa en concreto? Porque no me fío de tí, Dafne, no me he fiado nunca de  tí, desde la primera vez que te vi supe que algo extraño ocultabas, que no eras simplemente aquella inocente y encantadora chica que pretendes ser. Algo nos estás ocultando, y me da la macabra sensación de que lo que te falta a tí es justamente eso, inocencia...
 ...si piensas contárnoslo todo, házlo, pero quiero que nos cuentes la verdad de lo que realmente pasó aquella noche. Créeme, si cuentas una sola mentira lo descubriré, no me subestimes...-los ojos de Lilith brillaban peligrosamente, y ni siquiera se dio cuenta cuando la clase entera se giró para mirarla justamente a ella, en un completo silencio.
 Dafne se quedó mirando también un rato, callada, mirando fijamente a Lilith mientras mordisqueaba un bolígrafo, pensando intensamente. Luego dijo:
 -Lilith...mi dulce e ingenua Lilith...¿para qué crees que me he molestado en venir aquí hoy? Todos sabéis que yo odio de todo corazón intentar hacer lo mismo que el resto de los profesores de aquí, que ambiciono otras cosas...
 Maldita estúpida, maldita ambiciosa...
 -Ella no lo puede entender, ni nadie tampoco. Esto es algo muy importante ,algo ahí fuera nos amenaza y debemos estar preparados para todo.
 No os serviría de nada que se lo preguntáseis a Brad, ese pelirrojo no es más que un papanatas idiota que no sabe nada y no hace más que impedirnos la entrada...¡Dios, ya sé!-Dafne sonrió, aquella fue su sonrisa más seductora, por lo tanto, la más amenazadora, por lo que Lilith se estremeció-¿Qué os parece la idea de hacer una excursión al Refugio de los Fantasmas...esta noche?
 Lilith se sorprendió de que no se produjera el acoso verbal que llevaba esperando, el que Dafne solía echar cuando la atacaban de aquella forma...pero aquello era algo increíble, ¿Una excursión al Refugio de los Fantasmas?¿Es que se había vuelto loca?
 Un murmullo más fuerte todavía se extendió por la clase, como la pólvora.
 -Ya sé que esto os sorprende mucho, chicos, pero se me acaba de ocurrir que quizás la mejor forma para que podáis ver lo que pasó realmente sea hacer una pequeña visita a ese sitio...y creo que lo pondré como una excursión obligatoria. Esta noche.
 Dicho esto Dafne se dio la vuelta y siguió dando la clase como si nada.  Toda la mañana se la pasó así, y no permitió que nadie hablase más del tema.
 Por la tarde Lilith estaba furiosa.
-¿Se puede saber qué demonios pretendía esa estúpida zorra? ¿Es que pretende matarnos o qué?
 Sara se encogió de hombros.
-Hemos de tener cuidado, eso está claro. El Refugio de los Fantasmas no es un lugar seguro, desde luego.
-¿Seguro?¿Pero tú tienes acaso una idea de lo que se esconde tras sus puertas?
-Yo no.  Tú tampoco.
 Lilith juntó las manos y se las frotó nerviosamente. De sus manos salieron esquirlas de hielo, que como estrellitas enfriaron todavía más sus manos.
-Pues mira, Sara, resulta que yo sí que sé algo. Estuve allí dentro una vez. El año pasado.
-¿Qué, cuándo, cómo?-Sara parecía sorprendidísima. y algo enfadada, pero decidió esperar a que su amiga se lo contase todo.
 -Estaba huyendo de mis hermanas.No me encontraba bien y necesitaba urgentemente estar sola...
 Lilith frunció los labios, ocultando el "por qué" había salido  a tan altas horas de la noche.
-¿Pero tú estás loca?¿Acaso tienes idea de lo que te puede pasar si entras ahí sola?
 -Nada, aparte de ver cosas increíbles. Es algo maravilloso, sólo son estar allí notas como te rodean los fantasmas, la esencia de la vida y de la muerte...pero créeme, la sensación es mucho más fuerte de lo que parece. Se acentúa por diez.
-¿De veras?
-Te aseguro que da muchísimo miedo, pero luego la experiencia es sencillamente alucinante... lo más emocionante que puedas ver en toda tu vida, te lo juro, Sara.
 Entonces se puso  a hacerle a su amiga una descripción sorprendentemente detallada de lo que vio en el  Refugio de los Fantasmas, con tal exactitus que a Sara le dio la sensación de haber estado allí. Llegó incluso a estremecerse de puro pavor.
-Esto sigue pareciéndome imprudente, y sobre todo peligroso.-dijo Sara cuando Lilith terminó su discurso y paro para recuperar el aliento.
 -Pues no me importa, ¿Sabes? Y no intentes chivarte a Dafne ni al director, porque entonces lo vas a pagar muy caro, ¿Te enteras?
 Sara asintió.
-En fin, ¡tú sabrás lo que haces!
 -Además, si te soy sincera, me pareció justo. Tú no viste lo que yo vi allí. Había algo más que aquel deseo de asustar, de tomar forma de nuevo. Había desesperación, nostalgia, miedo. Pero me da la sensación de que añoran algo más. Algo que vive más allá del cielo...un lugar dónde todoes mejor, dónde puedes hacer con tu futuro lo que te dé la gana...-Lilith calló entonces. No deseaba que Sara supiese todos los detalles, por muy amiga suya que fuese.
 Aún así Sara la miraba con una tremenda fascinación.
-¡Guau, ese sitio tiene que ser alucinante!
-Ni que lo digas, pero creo que si vamos con Dafne algo ocurrirá, algo muy peligroso. ¿No será una trampa?
-¿Y qué importa? ¡Venga, vamos a comer, ya lo averigüaremos esta noche!-Sara arrastró a su amiga al comedor y no hablaron del tema hasta la noche...


 Vamos chicos, por aquí...-dijo Dafne con su voz melosa y encantadora.
 Estaba dirigiendo a un grupo de chicos y chicas que parecían en su mayoría asustados, pero como eran del High Swarthat, se esforzaron por mostrarse valientes.
 No hay más que decir que todos y cada uno de ellos eran unos artistas en el arte de fingir.
 Lilith los seguía callada, pero al menos estaba preparada. Sertía completamente capaz de hacer lo que fuese si la cosa se ponía chuga, es más, podría escapar si había peligro con toda facilidad.
 Al menos eso es lo que pensaba ella.
 Atravesaron toda la zona pantanosa y luego cruzaron por el jardín, que tenía un aspecto demasiado tenebroso y misterioso, sobre todo bajo la luz de la luna llena.
 Todo el colegio dormía, incluso los profesores, que pos supuesto no tenían idea, por suerte o por desgracia, del plan que Dafne tenía pensado llevar a cabo. Eso era algo muy propio de ella. No revelar aquellos planes de casi siempre resultaban ser peligrosos.
 ¡Muy peligrosos! 
 Y misteriosos...
 Finalmente llegaron. Por la noche aquel lugar ofrecía un aspecto terrorífico y a la vez hermoso. Las verjas parecían moverse un poco en la noche, y sus figuras estaban tan quietas que casi daba la sensación de que podrían cobrar vida en cualquier momento. Y  Brad estaba allí, en la puertya, con su aspecto aburrido e impasible de siempre, masticando quién sabe qué cosa.
 Todos se acercaron a la puerta y Dafne se plantó delante de Brad con gesto severo, el que siempre usaba con los pequeños.
-Tú, papanatas, ya nos estás dejando pasae.
 Brad los miró a todos fijamente, pasando revista, pero luego negó con la cabeza categóricamente, cruzándose de brazos.
-Lo siento mucho, pero no pienso dejar pasar a alumnos de este centro. Es demasiado peligroso.
 Dafne rodó los ojos y luego puso una mirada furiosa.
-Déjanos entrar, ¡ya!
-No.
-¿Quieres que te aparte a la fuerza?
-Inténtalo, encanto. El muchacho se puso en guardia enseñando los colmirllos. Parecía divertirse mucho con aquello.
-Como no me abras la puerta se lo diré a Tanya.
-Y yo se lo diré al director-respondió Brad rápidamente, aunque el temos cruzó por su hermoso rostro al mencionar Dafne el nombre de Tanya. Estaba claro que le tenía un miedo cerval a su creadora.
 -¿Quién crees que hará más daño,el director o Geoden? Porque ambos podríamos cumplir nuestras respectivas amenazas, pero sabes muy bien que Geoden no le hará jamás ningún caso al director... y estoy pensando en llamarle a él. Tiene impunidad para hacer lo que se le antoje, querido mío, así que no tienes escapatoria...y lo sabes. A mí tienes que obedecerme, siempre...¿Te enteras, papanatas de pacotilla?
 Brad retrocedió un par de pasos y se lo pensó un poco, pero luego agachó la cabeza, suspiró, y se apartó.
-De acuerdo, podéis pasar.
  Dafne sonrió muy ufana, y todos entraron, atemorizados. Lilith sintió pena por el pobre Brad. Un chaval tan joven sometido a los servicios de aquella gente...era demasiado triste, la verdad.
-Vamos, por aquí.
 Era extraño, pero nada más entrar lo único que vieron todos fue una oscuridad absoluta.
-Seguid, no os paréis.
 Lilith decidió echarle valor y entrar, ¿Qué le quedaba acaso? Sara la siguió, y los demás también. Eso es lo que tiene ser la primera en hacer algo.
  Lo siguiente que percibieron fue un frío increíble. No un suave frío invernal, sino un frío glacial...
 Y entonces un destello.
-¡Vamos, por favor, que eso no es nada! ¡Un estúpido fogonazo, nada más,! ¡Sigamos!
 Y los demás la siguieron.
 Desgraciadamente, la siguieron.
 En algún momento, Dafne se giró y habló, aunque ellos no podían verla en absoluto.
-¿No queríais ver lo que pasó aquella noche? ¿No queríais pruebas? Pues yo os proporcionaré pruebas...la verdad es dura, pero es necesario asimilarla. ¡Vamos!
 El frío aumentó sobremanera, de tal forma que todos se asustaron más todavía.
 Pero aquella vez todos hicieron uso de su fuerza de voluntad, se quedaron muy quietos y lograron mantener la compostura, y aquello desde luego era meritorio, en caso de peligro.
 Un peligro que se escondía a unos pocos pasos.
 Dafne sonrió con emoción.
-Bien, pues preparáos.
 Entonces retrocedió y desapareció en la oscuridad.
 Todos se asustaron más todavía cuando la muchacha desapareció, por lo que corrieron a buscar un sitio dónde esconderse, con la cabeza fría. Desde lejos parecían un grupo de personas que simplemente buscaban a alguien.
 Cualquier otro grupo habría salido corriendo entre chillidos.
 Lilith corrió hacia el frente, y no tardó en toparse de cabeza con el peligro.
 Se vio envuelta en una fina neblina blanca que susurraba palabras lejanas, muy lejanas. Tan lejanas...
 La chica trató de tocar la neblina, pero ésta se escapaba de entre sus manos cada vez que intentaba tocarla.
 "¿Qué demonios será ésto?"pensó. No recordaba una cosa así desde la última